‘la simbiosis entre la estridencia del sonido y la reciedumbre del movimiento pone en evidencia el oficio impecable de Park Soon-Ho y la versatilidad desenvuelta de sus bailarines. En resumen, tanto “Judo” como “Balance and Imbalance” son ejemplos de ese tipo de espectáculo exquisito e inexpugnable que sobresale por la inefabilidad de su atractivo.’
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